martes, diciembre 02, 2003
SAVE ME FROM MYSELF
Hay veces que cuando escucho una canción, con una letra de esas que te pone los pelos de punta, del tipo, “Rescátame, sálvame de mi mismo…” se amolda perfectamente a como me siento ahora mismo y se convierte en la banda sonora que resuena de mi cabeza. Si me conoces, esa melodía se hace sentir, con el sonido apagado de la preocupación, de las sabanas enroscándose en mis sueños y los ojos como platos.
Rebobinemos 7 años, recién salido del horno, inocente por las calles de Babilón.
Lo que sentía en aquel momento fue una libertad infinita y un miedo profundo. Pero lo mas importante es tener la posibilidad de reinventarme, ser ese que siempre quise ser, mas recto, mas responsable menos niño.
Para ser alguien nuevo pensé que debía cambiarme de nombre , enterrar el apellido de mi padre , rendirle tributo al apellido materno que siempre había sido relegado al papel secundario.
Abrí una cuenta con ese nombre y ahora 7 años después, esa rabieta de niño me esta costando cara. Estoy intentado cobrar un cheque y como aquí no se usan los dos nombres no les entra en la cabeza que ese tal Menganito Zutano soy yo, a pesar de que en el cheque ponga M. DE tal.
La melodía vuelve a sonar en mi cabeza “ Sálvame de mí, tú que puedes, sálvame “.
Hay veces que cuando escucho una canción, con una letra de esas que te pone los pelos de punta, del tipo, “Rescátame, sálvame de mi mismo…” se amolda perfectamente a como me siento ahora mismo y se convierte en la banda sonora que resuena de mi cabeza. Si me conoces, esa melodía se hace sentir, con el sonido apagado de la preocupación, de las sabanas enroscándose en mis sueños y los ojos como platos.
Rebobinemos 7 años, recién salido del horno, inocente por las calles de Babilón.
Lo que sentía en aquel momento fue una libertad infinita y un miedo profundo. Pero lo mas importante es tener la posibilidad de reinventarme, ser ese que siempre quise ser, mas recto, mas responsable menos niño.
Para ser alguien nuevo pensé que debía cambiarme de nombre , enterrar el apellido de mi padre , rendirle tributo al apellido materno que siempre había sido relegado al papel secundario.
Abrí una cuenta con ese nombre y ahora 7 años después, esa rabieta de niño me esta costando cara. Estoy intentado cobrar un cheque y como aquí no se usan los dos nombres no les entra en la cabeza que ese tal Menganito Zutano soy yo, a pesar de que en el cheque ponga M. DE tal.
La melodía vuelve a sonar en mi cabeza “ Sálvame de mí, tú que puedes, sálvame “.
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