jueves, noviembre 25, 2004
Dame Un Sibilito
Creo que me estoy convirtiendo en un viejo cascarrabias (no soy el único por lo que he leído por ahí ;)) pero es cierto, las cosas mas pequeñas hacen que se me suba la mozzarela.
Me controlo, ya no soy tan insoportable como solía ser, es un rasgo feo que quiero eliminar de mi carácter. Pero digamos que hay cosas que no puedo con ellas por irracionales que sean. “Como muestra un broche”, como bien dice R así que ahí va; Me he cambiado de barrio, por lo consiguiente nuevo gimnasio y nuevos compañeros de vestuarios. Cada mañana desde hace un mes un tipo no para de silbar cual pajarillo tonadas que seguro, seguro le iluminan el alma, pero a mi me ponen de mala ostia. Me tengo que morder la lengua para no decirle nada. Pero quien coño soy yo para cortarle el rollo a nadie? Me lo repito y me lo digo mil veces aun así no puedo evitar sentirme atacado por sus rebuscadas florituras, que curiosamente siempre son pomposas bandas sonoras de películas .Pero no os creáis que lo hace así bajito, para si mismo no, silva a todo plumón al Doctor Zhivago, ¿que quieres jilguero, que te aplaudamos? O cuando se puso a silbar Maria de West Side Story. Cada día un recital bodrio, pero ayer dio un paso mas, metido en la ducha, el hombrecillo en cuestión, le dio por marcarse unos cantos gregorianos, la mar de angelicales, una pena que no le llegase la voz para esos ascensos al paraíso.
Mas historias de vestuarios masculinos pronto, aquí.
Creo que me estoy convirtiendo en un viejo cascarrabias (no soy el único por lo que he leído por ahí ;)) pero es cierto, las cosas mas pequeñas hacen que se me suba la mozzarela.
Me controlo, ya no soy tan insoportable como solía ser, es un rasgo feo que quiero eliminar de mi carácter. Pero digamos que hay cosas que no puedo con ellas por irracionales que sean. “Como muestra un broche”, como bien dice R así que ahí va; Me he cambiado de barrio, por lo consiguiente nuevo gimnasio y nuevos compañeros de vestuarios. Cada mañana desde hace un mes un tipo no para de silbar cual pajarillo tonadas que seguro, seguro le iluminan el alma, pero a mi me ponen de mala ostia. Me tengo que morder la lengua para no decirle nada. Pero quien coño soy yo para cortarle el rollo a nadie? Me lo repito y me lo digo mil veces aun así no puedo evitar sentirme atacado por sus rebuscadas florituras, que curiosamente siempre son pomposas bandas sonoras de películas .Pero no os creáis que lo hace así bajito, para si mismo no, silva a todo plumón al Doctor Zhivago, ¿que quieres jilguero, que te aplaudamos? O cuando se puso a silbar Maria de West Side Story. Cada día un recital bodrio, pero ayer dio un paso mas, metido en la ducha, el hombrecillo en cuestión, le dio por marcarse unos cantos gregorianos, la mar de angelicales, una pena que no le llegase la voz para esos ascensos al paraíso.
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