sábado, enero 01, 2005
Compartieron un sirope pegajoso que acentuaba las diferencias entre ellos.
Mudos aceptaron que ya nada era igual, buscaron en las facciones del otro, gestos que le dieran una pista de porque se hicieron amigos en primer lugar.
Frente al televisor mascaron una masa incomoda y fría que era como la piel mudada de una serpiente.
Se despidieron aliviados.
Mudos aceptaron que ya nada era igual, buscaron en las facciones del otro, gestos que le dieran una pista de porque se hicieron amigos en primer lugar.
Frente al televisor mascaron una masa incomoda y fría que era como la piel mudada de una serpiente.
Se despidieron aliviados.
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