viernes, enero 26, 2007
Coocon Onirico
Ayer soñé que vivía en un apartamento, en el segundo piso de un edifico blanco. Allí vivía con un perrito de pelo corto que casualmente también era del mismo color. Tenía un nombre, pero que desapareció al despertar. Este perrito blanco le tenía miedo a los fuegos artificiales y aullaba desconsoladamente frente a la ventana, desde la cual se veían las ramas pirotécnicas de color púrpura, explotando con gran estruendo, seguido de los “OOOHS y los AAAAHHHS “del vecindario. Yo intentaba calmarle abrazándolo diciéndole al oído que no era nada.
Al día siguiente otra vez los fuegos artificiales de alguna fiesta patronal llenaban el aire de olor a pólvora quemada. Era verano y hacia mucho calor en el piso, por lo que las ventanas siempre estaban abiertas.
Al ver al perrito asustado de nuevo, le señale las explosiones en el aire diciendo “mira (Toby?) Ves no pasa nada”. Pobrecillo, no debió de entender mi gesto y lo confundió con una orden, así que fue corriendo en dirección hacia de la ventana y salto al vacío.
En estado de shock no supe reaccionar “solo son dos piso, corre, seguro que no le ha pasado nada” una voz me decía.
Como solo pasa en los sueños ya era de día cuando llegue al jardín. Una vecina con su perro estaba al lado de mi perro que respiraba con dificultad, gimiendo bajito.
Sus ojos llorosos me miraban como pidiendo que hiciese algo para que cesase el dolor. Fundido a negro.
Ayer soñé que vivía en un apartamento, en el segundo piso de un edifico blanco. Allí vivía con un perrito de pelo corto que casualmente también era del mismo color. Tenía un nombre, pero que desapareció al despertar. Este perrito blanco le tenía miedo a los fuegos artificiales y aullaba desconsoladamente frente a la ventana, desde la cual se veían las ramas pirotécnicas de color púrpura, explotando con gran estruendo, seguido de los “OOOHS y los AAAAHHHS “del vecindario. Yo intentaba calmarle abrazándolo diciéndole al oído que no era nada.
Al día siguiente otra vez los fuegos artificiales de alguna fiesta patronal llenaban el aire de olor a pólvora quemada. Era verano y hacia mucho calor en el piso, por lo que las ventanas siempre estaban abiertas.
Al ver al perrito asustado de nuevo, le señale las explosiones en el aire diciendo “mira (Toby?) Ves no pasa nada”. Pobrecillo, no debió de entender mi gesto y lo confundió con una orden, así que fue corriendo en dirección hacia de la ventana y salto al vacío.
En estado de shock no supe reaccionar “solo son dos piso, corre, seguro que no le ha pasado nada” una voz me decía.
Como solo pasa en los sueños ya era de día cuando llegue al jardín. Una vecina con su perro estaba al lado de mi perro que respiraba con dificultad, gimiendo bajito.
Sus ojos llorosos me miraban como pidiendo que hiciese algo para que cesase el dolor. Fundido a negro.
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